En mi cabeza se repetía una y otra vez la misma frase "amor es amor, amor es amor" la había escuchado tantas veces pero, ¿Por qué daba tanto miedo? Una parte de mí me convencía de que debía decirle, de que no podía simplemente guardarlo para siempre, pero realmente no era ese el motivo de mi confesión, sino el hecho de que a pesar de todo una pequeña parte de mí me decía que tenía una posibilidad con él. Ya estaba dentro, él estaba sentado en su escritorio muy ocupado para notar mi presencia, respiré hondo y me llené de valentía, mis pasos no eran firmes pero era lo mejor que lo podía hacer. Me paré justo en frente de su mesa y lo miré, fue entonces cuando él levantó su cabeza, mi corazón comenzó a latir rápidamente ¿Debería simplemente irme? - E-El mensaje... - Las palabras salían con dificultad de mi garganta, el nudo que se había formado en ella no me dejaba expresarme con facilidad. Él sonrió al entender de lo que hablaba, el día anterior le había enviado un mensaje confesando mis sentimientos, pero segundos después le dije que había sido una broma de una amiga que había tomado mi teléfono - En realidad, y-yo.... Yo lo escribí... - Con mis puños fuertemente cerrados mordí mi labio y desvié mi mirada, ya estaba hecho, no había vuelta atrás.